Durante
su juventud, Jacqueline Bouvier asistía a actos pertenecientes a un círculo
social muy distinguido. En 1952, durante uno de estos actos, conoció a su
futuro marido John Fitzgerald “Jack” Kennedy. Por aquel entonces, Kennedy se
estaba postulando para el Senado de los Estados Unidos y por esta razón, la
relación no era estrictamente oficial. Fue después de su elección cuando la
relación se volvió más seria y formal hasta que el 25 de junio del 1953 se
anunció oficialmente la fecha de un compromiso inminente.
Boda de Jacqueline Kennedy y John Kennedy |
Justo
después de la boda, la pareja pudo disfrutar de una agradable luna de miel en
Acapulco, México. Después de volver de este viaje, se instalaron en una casa en
Hickory Hill en McLean (Virginia).
El
desarrollo de un matrimonio cada vez más problemático
Aunque
daban la imagen de pareja perfecta y glamurosa, Jacqueline Kennedy y John
Kennedy tenían muchos problemas dentro de su matrimonio. John Kennedy padecía
la enfermedad de Addison, además de un dolor crónico en la espalda a causa de
una herida de guerra. Por este motivo, en 1954 John Kennedy se sometió a dos operaciones
de espinales que no dieron buenos resultados. También, un año después,
Jacqueline Kennedy sufrió un aborto natural y, en 1956, dio a luz a una niña
muerta que recibió el nombre de Arabella.
A
continuación, el matrimonio tuvo que vender su casa de Hickory Hill y se
trasladaron a una vivienda en Georgetown. En 1957, Jacqueline dio a luz a su
segunda hija Caroline Kennedy y en 1960, volvió a dar a luz a un niño que
recibió el nombre de John-John. Finalmente, en 1963, tuvo a un tercer hijo que
nació prematuramente y que murió dos días después de practicarle la cesárea.
Ya
convertida en primera dama, Jacqueline Kennedy tuvo que hacer frente a diversos
rumores de infidelidad por parte de su marido. El más sonado y conocido fue el del
presidente John Kennedy con la actriz Marylin Monroe. Este rumor cogió tal
magnitud que Jacqueline Kennedy decidió no asistir al 45º cumpleaños de su
marido debido a que sabía que Marylin iba a estar allí. Durante esta
celebración se produjo uno de los momentos más sonados del romance, el famoso
“Happy Birthday, Mr. President” que la actriz le cantó a su amante de manera
muy provocativa.
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